César Alejandro Jaramillo
Remedo de Magnificat.
Gracias doy a Dios Todopoderoso,
fuente viva de alegría verdadera.
Soy un instrumento de su obra,
testigo y objeto de sus maravillas.
Él es Amor como fuente de Justicia,
Misericordia como remedio a mis pecados,
Perdón y Paz son su respuesta
a esta oración humilde y sentida.
Dios se revela a mi como el agua:
Simple, esencial y pura.
Quienes no la tienen se mueren de sed:
Aunque posean lo demás no tienen nada.
Me devolvió a un hijo de la muerte,
tal como sacó al suyo de los infiernos.
Se que morirá como todos moriremos,
pero por un misterio resucitaremos.
Y es esta la seguridad que da sentido
a la existencia humana y a lo material:
Que todo lo creado a El pertenece,
y a El volverá al final del tiempo.
Amén.
Orar y Hacer
10 de Marzo del 2007
Yo tengo unos Mandatos
que son uno y son diez
que son cientos y miles.
Y son suaves a la piel.
Yo obedezco la Ley
esa Ley que beneficia
que es Ley y es precepto
que es guja y da vida.
Una ley divina da
una ley humana quita.
Veo a mi hermano rezar
y en mi su gracia entrar.
Yo tengo unos Mandatos
que son todos calasancios:
cumplir con mis más cercanos,
con los de mi metro cuadrado.
¿Conozco mi tiempo acaso?
¿Qué debo hacer? ¡Tu dime!
¿Debo forzar un evento,
o que accione por la libre?
Doy con el mazo y oro.
Esa es mi forma de ser.
Que Dios haga su parte,
y yo haré junto con El.
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